19/10/16
K&SFilms
cultura, Generales
Puccio: un caso truculento que llega al cine con Guillermo Francella
Pablo Trapero convertirá en película el truculento caso policial que sacudió a la sociedad argentina en los 80, con Guillermo Francella en el papel de Arquímedes Puccio. Uno de los casos policiales de mayor repercusión mediática en la Argentina de la década del ochenta llega al cine. La historia del clan Puccio, una familia de San Isidro que se dedicaba a los secuestros extorsivos con un nivel de frialdad pasmoso, será contada porPablo Trapero, el director de éxitos de taquilla como Elefante blanco y Carancho, con Guillermo Francella en el papel de Arquímedes, el cerebro de la banda que secuestró y mató a los empresarios Eduardo Aulet, Emilio Naum y Ricardo Manoukian. Nélida Bollini de Prado, otra de sus víctimas, tuvo más suerte y fue rescatada con vida. Los integrantes de la organización criminal -Arquímedes Puccio (fallecido en 2013), sus hijos Daniel y Alejandro Puccio (fallecido en 2008), el militar retirado Rodolfo Franco, Guillermo Fernández Laborde y Roberto Oscar Díaz fueron condenados con diferentes penas. Arquímedes estuvo preso 23 años y fue liberado en 2007; se convirtió al culto evangélico y murió en La Pampa en 2013. Siempre se declaró inocente. Su hijo Alejandro (encarnado en la película por Peter Lanzani) llegó a jugar en los Pumas. Intentó suicidarse cuatro veces luego de ser condenado a reclusión perpetua, y murió en 2008, a los 49 años, cuando gozaba de libertad condicional. Buena parte del rodaje del nuevo film de Trapero, titulado El clan -comparte nombre con un proyecto televisivo sobre la misma familia, ver aparte- se está llevando a cabo en una casa de la zona de Villa Martelli, muy cerca de Tecnópolis. Allí se han recreado la casa familiar donde se mantuvo cautivos a los secuestrados y el negocio de artículos de surf que regenteaba la familia. En un alto de la filmación, Trapero y Francella conversaron sobre la película, que se estrenará en la segunda mitad de 2015. "Hacía rato que venía con esta idea en la cabeza arranca el director, incluso antes de filmar Elefante blanco. Yo tenía 13 o 14 años cuando se supo la noticia, pero siempre la recordé con bastante precisión. La historia es alucinante, y a medida que fuimos avanzando en la investigación se puso más interesante. Uno de los desafíos es que el espectador crea en lo que contamos, porque hay ribetes realmente insólitos. Es una historia muy exuberante, muy loca, un poco noir, un poco melodrama, un poco thriller... La película será una especie de cruza entre el cine de Buñuel y el de Tarantino, una ensalada que me gusta mucho, un universo de contrastes muy atrapante." Para Francella, completamente transformado gracias a la trabajosa caracterización que le exige su personaje, la película representa "una nueva oportunidad de hacer algo diferente". Con treinta y cinco años de carrera sobre sus espaldas, el popular actor asegura que "es una gran ventaja poder trabajar con contenidos tan heterogéneos. Cuanto más antagónicos sean los papeles entre sí, mejor para mí sostiene-. Nunca me resultó sencillo modificarles a los productores las ideas que tienen sobre mi perfil. No soy sólo un comediante, ya desde Rudo y cursi, la película de Carlos Cuarón que filmé en 2008, vengo haciendo papeles de otro estilo. Esa vez tuve que hacer una audición, algo a lo que me había desacostumbrado. Pero valió la pena, porque después vino una seguidilla de trabajos muy interesantes con Juan José Campanella, Ana Katz, Marcos Carnevale y Daniel Burman. Las últimas siete u ocho películas que hice son muy distintas entre sí. No es una búsqueda consciente, pero sí hay un deseo de cambio permanente. Me encanta transitar la comedia, pero también apostar al cambio". Trapero remarca que hace rato que tenía ganas de trabajar con Francella y considera que su sociedad con el actor es "una prueba muy atractiva y un aprendizaje". Para él, "lo estimulante es no saber de movida cómo van a salir los laburos que encaro. Yo les presto atención a mis intuiciones señala. Y en este caso tengo mucha confianza, porque Guillermo es un gran actor, pero en un papel distinto. Obviamente que eso no es algo nuevo: Buñuel llamaba a los actores del melodrama para películas alejadas de ese género". Aun frente al drástico viraje que supone este rol, Francella asevera que no le cuesta tanto cambiar el chip: "Hay un poco de cuento en todo eso dice. Yo veo que muchos actores necesitan ir a vivir a un monasterio tres meses si tienen que interpretar a un cura o pasar una semana en la guardia de un hospital si tienen que hacer de médico, y no me la creo del todo. Yo no preciso hacer eso. Ya tengo tantos años de profesión que no me hace falta. Hasta fui extra... No es que agarro un papel y lo resuelvo en dos minutos, pero hay un verso que no compro. Y mirá que hice personajes muy antagónicos, ¿eh?". En la producción de la película están involucrados, además de Matanza Cine (empresa del propio Trapero), K&S Films de Hugo Sigman, El Deseo (de los hermanos Pedro y Agustín Almodóvar), Telefé y Fox International Productions (la distribución estará a cargo de 20th. Century Fox).