22/11/18
Generales
Naciones Unidas destacó como caso de éxito el modelo de producción de vacunas de una empresa argentina
Un aspecto clave en la Agenda para el Desarrollo Sostenible establecido por la Organización Naciones Unidas (ONU) es el compromiso del sector privado por proteger la salud de las mujeres, niños y adolescentes. Es allí donde hace foco el informe 2018 elaborado por su Independent Accountability Panel (IAP, según sus siglas en inglés), dado a conocer días atrás, que describe un puñado de casos de éxito que tuvieron un impacto positivo en el área salud. Uno de ellos destaca la experiencia de Sinergium Biotech, compañía argentina que en virtud de un modelo de alianzas y transferencias tecnológicas motoriza el desarrollo y la producción de las modernas vacunas contra la gripe influenza, el HPV y el neumococo. “Esta es una experiencia poco común en el mundo. En el marco de la elaboración de este informe recibimos un gran número de expedientes con experiencias de muchos países y observamos que es poco común que una empresa privada tenga este sentido del bien común, del bien público, junto con una concepción de la responsabilidad social en relación a la salud, como ha demostrado Sinergium Biotech”, declaró Alicia Ely Tamin, miembro del IAP que participó de la elaboración del Informe 2018 “Sector Privado: ¿Quién debe rendir cuentas?”. El informe analiza el impacto sobre tres áreas clave en las que está involucrada la participación del sector privado: la prestación de servicios de salud, la industria farmacéutica y el acceso a los medicamentos. La industria farmacéutica, el panel IAP de la Organización Naciones Unidas recomienda en sus conclusiones que para garantizar un acceso equitativo y asequible a medicamentos y productos sanitarios esenciales de calidad para todas las mujeres, los niños y los adolescentes, es central que los gobiernos y los parlamentos fortalezcan las políticas y la reglamentación que rigen la industria farmacéutica. “El fortalecimiento de la rendición de cuentas por la industria farmacéutica para armonizarla con la salud pública debería consistir en una mezcla de autorregulación efectiva de conformidad con políticas, leyes y códigos de conducta sólidos internos y de cumplimiento estricto de las normativas gubernamentales y legislativas, así como políticas que ofrecen incentivos a las empresas”, advierte el informe. Contribución a la salud pública En su apartado referido al papel de la industria farmacéutica, el Informe IAP 2018 subraya el valor del modelo implementado por Sinergium Biotech junto con el gobierno argentino. “Esta experiencia muestra cómo las compañías farmacéuticas, que ejemplifican la ciudadanía corporativa y una asociación constructiva con las autoridades regulatorias de un gobierno, pueden trabajar para contribuir a la salud pública mundial”, se destaca en el resumen ejecutivo del panel, en el que se describe como la asociación con una compañía multinacional para la transferencia de tecnología permitió que se pueda abastecer al país de vacunas, muchas de las cuales son dispensadas en forma gratuita a los grupos en riesgo, pues integran el calendario vacunatorio oficial. “Me parece que este es un ejemplo modelo de una buena práctica que sería excelente reproducir en otros países –agregó Alicia Ely Tamin, especialista en salud pública y directora del Programa JD/MPH de la Escuela de Salud Pública T.H. Chan de la Universidad de Harvard–. Creo que para ello se requiere, primero, de buena disposición y una actitud de parte del gobierno y de la empresa privada que, insisto, no es muy común. Teóricamente, es un modelo que sería reproducible en Brasil, en México y en algunos otros países de la región, e incluso del mundo. Pero para ello es fundamental que se produzca una combinación de factores que no es usual. Es por ello que el panel [IAP] coincidió en subrayar este ejemplo como un modelo para seguir y para explorar en otros países”. Sinergium Biotech nació como respuesta a la pandemia de influenza A (H1N1) de 2009, cuando la mayoría de la producción de vacunas tenía lugar en los países de altos ingresos, lo que colocaba a las naciones de ingresos medios y bajos en una situación de acceso restringido a estas medidas clave de prevención. Actualmente, la compañía produce en la Argentina la vacuna antigripal, la vacuna neumocócica conjugada, la vacuna tetravalente contra el Virus del Papiloma Humano y medicamentos biotecnológicos de alta complejidad, en asociación con la primera planta de producción de anticuerpos monoclonales de América del Sur, mabxience. Ubicada en la localidad de Garín, provincia de Buenos Aires, su planta de producción posee una capacidad productiva anual que alcanza los 30 millones, incluyendo jeringas y viales. La compañía también tiene en marcha diversos programas de investigación y desarrollo de productos con investigadores locales del CONICET y otras universidades e instituciones internacionales.