8/10/16
Chemo
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Genérico: "En la medida que el gasto en sanidad crece en el mundo, su papel se apuntala"
HUGO SIGMAN, fundador del Grupo Chemo y mAbxience, argentino que confiesa que comparte identidades entre España y su país de origen. Asegura que la sociedad reacciona cuando no le dan soluciones tanto en el ámbito político como en la salud. Acaba de inaugurar en León una planta de desarrollo y producción de biosimilares con su compañía mAbxience. Abierto y preclaro, explica cómo va a evolucionar la industria farmacéutica y del genérico en el mundo desde su privilegiado punto de vista. Pregunta. ¿Usted reivindica el papel del empresario para generar valor. ¿Cómo es ser empresario? Respuesta. En la vida, en la empresa y fuera de la empresa para llevar a cabo un proyecto tienes que tener un sueño. El empresario lo que hace es aportar a la sociedad un producto nuevo o mejor o con un menor costo para el consumidor. A mí me parece que esa es una forma de generar valor a la sociedad. En nuestro caso, trabajar en el descubrimiento de nuevos productos me produce un enorme placer. Tenemos desde hace 20 años grupos de investigación. Al mismo tiempo una compañía tiene que generar rentabilidad, porque sin ella no hay sustentabilidad. Los empresarios tendemos a priorizar los resultados de la compañía, pero también te encuentras otros casos en los que hay compañías pobres y empresarios ricos, cosa que yo trato de evitar. En ese sentido, nuestra compañía tiene una política enorme de inversión para crear nuevos puestos de trabajos. En este momento más allá de la planta que acabamos de inaugurar en León, contamos con cuatro proyectos más de inversión, dos en España y dos fuera de España. P. ¿Qué es lo que menos le gusta de ser empresario? R. La estigmatización social que tiene el empresario, a veces justificada cuando no se le devuelve a la sociedad parte de lo que recibe. En otros casos no se valora el rol del empresario porque lo que se observa es la rentabilidad que tiene o el nivel de vida del que disfruta. Lo que no se valora bien es el riesgo, ni a todos los empresarios que quebraron, que se jugaron todo su patrimonio y les fue mal. Yo estoy convencido de que sin el empresario es imposible generar riqueza. No creo que el sector público en sí mismo sea capaz de generar riqueza para distribuir mejor. Lógicamente la sociedad puede regular con una política fiscal u otra como es esa redistribución. P. ¿Cuál es la salud de los medicamentos genéricos? R. En Estados Unidos el 70 por ciento de las recetas son de medicamentos genéricos y representan el 30 por ciento en valor. Eso muestra que el precio de un genérico es mucho menor que un producto que todavía tiene patente. Pero el crecimiento del genérico en el mundo es muy grande. Respecto a su futuro, soy muy ambicioso y optimista P. ¿Qué diagnóstico hace sobre la evolución del genérico? R. En la medida en que el gasto en sanidad crece en el mundo, el papel del genérico se apuntala. Yo creo que hay un problema muy importante en la financiación de los costes del medicamento en la salud. Sobre todo en los precios de los nuevos productos. Me parece que a lo que se va a tender es a fortalecer mucho la política de genéricos, para que con esa reducción de precios se pueda equilibrar algo. Aunque yo no creo que vaya a ser mucho. La medicina se está volviendo cada vez más sofisticada. Las medidas de seguridad que toman los médicos son mayores. Cada vez se usa más laboratorio, más radiología, más resonancias. Me parece que el rol de los genéricos va a contribuir a que los costos de una parte del sistema, que son los medicamentos, bajen. Considero que los genéricos van a tener un desarrollo muy sostenido en un futuro próximo. P. ¿Cuáles son los próximos pasos del Grupo Chemo? R. Chemo está dividido en tres divisiones. El negocio de plantas químicas y farmacéuticas destinadas a fabricar materias primas o productos terminados, que le vendemos a otros laboratorios. Tenemos cuatro plantas químicas y diez plantas para productos terminados. Este es hoy el negocio más importante del grupo. Estamos invirtiendo en España en dos plantas de inyectables, una en Liconsa (Guadalajara) y otra en León Farma, para ampliar a una nueva línea de productos. Tenemos también un centro de investigación en India.Otro negocio reside en un laboratorio farmacéutico con nuestra marca Exeltis y estamos en 40 país instalados. Estamos buscando una expansión mayor, consolidar equipos. Hemos comprado compañías en Turquía, en India, en Indonesia. Hemos hecho start-ups en Alemania, en otros países de Europa, en Sudamérica y en Asia. Por último, está el negocio de la biotecnológica. Contamos con dos plantas: una en Argentina otra en León. Esta última la acabamos de inaugurar. Finalmente seguir potenciando nuestro grupo de investigación básica centrada especialmente en el tratamiento del cáncer. P. ¿Qué mercados le parecen más interesantes a día de hoy? R. Para nosotros son Estados Unidos, Alemania, España, Colombia, México, Brasil, Argentina, Italia y Francia. Estamos interesados en Asia pero somos menos conocidos allí y tenemos que hacer mucho más trabajo. Contamos con una compañía en India y acabamos de comprar otra. En China tenemos dos compañías. Uno en biotecnología y un laboratorio farmacéutico. En Turquía acabamos de comprar otra compañía, pero Asía todavía no es un lugar donde Chemo tenga una tradición histórica, nos queda mucho trabajo. P. ¿Qué papel tiene España a futuro en el seno de sus empresas? R. En España tenemos la dirección del grupo mundial en Madrid y tenemos dos fábricas: una química en Alcalá de Henares, una farmacéutica en Guadalajara y dos plantas en León. Los headquarters están en España y buena parte de todo el diseño de la política del grupo está aquí. Es un entramado industrial que emplea a 1.200 personas. Así que la apuesta por España es la más grande y consistente que tenemos. P. Biológicos y sus biosimilares han abierto muchas puertas ¿Cómo afronta su grupo este nuevo escenario cambiante? R. Los productos biológicos han supuesto un gran avance en la ciencia. Es como tirar con una bala a un punto fijo y darle. En cambio, muchos de los productos no biológicos es como disparar con una escopeta de perdigones. Tras la primera oleada —proteínas recombinantes, la eritropoyetina, la hormona de crecimiento, el figastrim , el interferon beta— llegó la segunda, que son los anticuerpos monoclonales, que es lo que vamos a producir en León. Son productos que tienen una racionalidad y un modo de actuar muy sofisticado, orientado a la oncología o la artritis reumatoide. Son una gran revolución y un avance gigantesco. Nosotros vamos a seguir apostando por ellos y será una de nuestras principales líneas de negocio P. ¿Cuáles son sus expectativas para la planta de mAbxience en León? R. León se convertirá en el principal centro de producción de mAbxience. La compañía cuenta con otra planta en Argentina, pero la de León es mucho más grande, cuenta con un diseño más contemporáneo y tiene muchas más posibilidades. La ciudad tiene una tradición farmacéutica, ya que tuvo uno de los centros de producción de antibióticos más grande del mundo. P. La investigación biomédica se revela capital en los avances terapéuticos. ¿Hasta dónde puede llegar? R. Año a año la ciencia va avanzando. Hay enfermedades muy graves que todavía no tienen solución. El cáncer es la más importante. Se le está rodeando por ahora, pero hay algunas contribuciones que generaron la curación de muchos cánceres. Se ha avanzado muchísimo la supervivencia de los pacientes. La prevención juega un papel importantísimo. La detección temprana del cáncer hace que se corte a tiempo y no dé metástasis. Hay muchas técnicas de prevención, que son tan importantes como los medicamentos. Cuando el cáncer está instalado se ha avanzado muchísimo, pero todavía no se le ha resuelto y ahí hay mucho campo de investigación con nuevas contribuciones, que están viniendo de la mano de los anticuerpos monoclonales. P. ¿Qué representan los anticuerpos monoclonales en la industria? R. Depende de para quien. El costo va a estar relacionado con qué piden las autoridades. Así como los anticuerpos monoclonales son una enorme contribución a la salud de las personas y también están generando un problema no menor por el alto costo con que están llegando al mercado. Hoy los anticuerpos monoclonales pueden estar entre 60.000 y 120.000 euros por año y por paciente. Hay un dato. En el mercado farmacéutico mundial los anticuerpos monoclonales representan el 0,2 por ciento en unidades y el 8 por ciento en valor. Es decir, el peso promedio de estos productos es mucho mayor que el precio promedio del resto de medicamentos. Y los nuevos anticuerpos monoclonales salen al mercado a un precio mucho más alto. Esto está relacionado con el costo que las compañías que descubren estos medicamentos sostienen que tienen. Una vez que se resuelvan los temas regulatorios y algunos asuntos de propiedad industrial, parece que los biosimilares van a contribuir mucho a una bajada de precios en el costo P. ¿Cómo deberían estar regulados? R. Si uno desarrolla el concepto de fingerprint, es decir, que tu producto es la impresión digital del original. Con un buen estudio preclínico y un estudio de fase I me parece suficiente para probarlo. Algunas agencias de regulación van en ese camino, otras son más conservadoras. Si no, el costo de un biosimilar va a ser tan alto que el precio al cual va a estar en el mercado no va a ser muy diferente del original. Que el precio baje, no significa renunciar a la calidad. Hace 20 años, con los primeros anticuerpos monoclonales, los métodos analíticos no eran tan sofisticados como ahora. Hoy puedes decir con seguridad: mi producto es fingerprint porque las técnicas analíticas se han sofisticado. De este modo un biosimilar va a costar entre 40 y 80 millones de euros, si no va a costar entre 200 o 300 millones de euros. Cuando salieron al mercado los primeros genéricos, también se decía que no servían, que eran malos. No hay que negarlo, hay intereses económicos. Yo si estuviera en el lugar de una empresa innovadora trataría de perpetuar la patente y la exclusividad del producto a través de temas regulatorios. Me parece que la sociedad y las agencias van a tener que reaccionar porque si no el costo del medicamento se va a hacer inaccesible P. En España hay una gran polémica sobre la intercambiabilidad ¿Cuál es su opinión? R. Hay un gran estudio que se hizo en Noruega con infliximab en el que el Gobierno pago el estudio y demostró que el producto intercambiable tenía el mismo resultado que el original. Oslo dijo tengo el gasto inicial pero si la intercambiabilidad se demuestra, voy a tener un costo muchísimo menor. P. ¿Teme que se reproduzcan las resistencias de las farmacéuticas innovadoras con los genéricos en la carrera por los biosimilares? R. Estamos curtidos. Con las moléculas químicas hemos tenido muchas batallas y afortunadamente hemos salido indemnes. A veces te peleas con una gran compañía internacional e incluso hemos llegado a tener litigios jurídicos con una compañía y estar colaborando con ellos al mismo tiempo. Cuando te peleas es duro y tienes que tener buenos recursos en propiedad industrial, buenos abogados, recursos financieros para soportar los juicios. FRASES "Empleamos a más de 1.200 personas, así que la apuesta por España es la más clara y consistente que tenemos". "El crecimiento del genérico en el mundo es muy grande. Respecto a su futuro, soy muy ambicioso y optimista". "Me parece que las agencias van a tener que reaccionar, si no el costo del medicamento se va a hacer insostenible". "Cuando salieron al mercado los primeros genéricos también se decía que no servían, que eran malos".