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12/10/16

Grupo Insud

Generales

Distéfano y su sueño hecho realidad

El lunes por la tarde no cabía un alfiler en la Sala Borges de la Biblioteca Nacional, cuando Juan Carlos Distéfano se dispuso a agradecer la presentación del libro editado por Capital Intelectual. Para el maestro, listo para partir a la Bienal de Venecia como representante de nuestro país, éste era un sueño cumplido. Entre otras cosas, porque el proyecto volvió a reunir en un trabajo conjunto a Rubén Fontana y a Juan Carlos Distéfano, amigos por más de cincuenta años, hermanos de distintos padres, hijos ambos de la usina creativa del Di Tella en su mejor momento. Hablar uno del otro como si no existiera público delante es un ejercicio que sólo pueden practicar los amigos del alma. Fue como si estuvieran en una mesa de café a solas. Un regalo para la audiencia dispuesta a prolongar los aplausos con la intensidad con que se pide un bis. Fontana conoció a Distéfano por un afiche y desde entonces le siguió el rastro en la gráfica, hasta terminar sentados en distintos escritorios en la sala de arte del Di Tella. De allí salían los catálogos y las invitaciones para las muestras del Instituto. Eran talento y diversión por partida doble, hasta que un día Distéfano decidió que su vida seguiría por el camino del arte y abandonó el diseño. Pero no a Fontana. Pasó del óleo a la escultura. Encontró en la arcilla lo que buscaba y nunca más pudo abandonar ese diálogo sensual que es la génesis de la forma. Adriana Lauría y Adriana Lestido aproximaron en la presentación del libro la figura del maestro, del amigo y del artista. Alguien incapaz de negociar con las medias tintas y capaz de lo que llamó sin preámbulos "un ataque de vanidad". Un día llevó sus pinturas a un potrero y las quemó. ¿Arrepentido? No dice nada. Fue el acto necesario para desprenderse de una historia y comenzar otra desde el principio. Encontró en el taller de Antonio Pujía los rudimentos y se aventuró en un arte mayor. La gente hacía cola para abrazarlo, besarlo. Allí están Hugo Sigman CEO del Grupo Insud y su esposa la Dra. Silvia Gold, Ricardo Esteves, Eduardo Elztain, Sebastián Bagó, Magdalena Faillace, Marcela Cardillo, Canela y, por supuesto, su mujer Griselda Gambaro. Minutos antes, el maestro agradeció la colaboración necesaria de Alejandra Aguado en la selección de las obras para el libro y el reportaje que la sagaz curadora incluyó. Distéfano Obras 1958-2012 reproduce 130 pinturas y esculturas, realizadas en ese período. Impreso en España, fue custodiado con celo por la mirada y el cuentahilos de Rubén Fontana, quien, además, decidió incorporar una tipografía creada ad hoc: la letra Distéfano. Otro sueño hecho realidad..

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